Ante usted
¿quién lo comprende?
las palabras
con sus signos
se van de exilio
de donde jamás
piensan volver.
Y si se va,
los caminos
se interrogarán
que será de ellos
si su ausencia
inútiles los hace.
Ante usted
las mareas se esconden
de las playas desiertas,
en honor
al imperio del amor
por suyo reconocido.
Hasta el cielo
se vanagloria
de haber nacido solo
para ser su cúpula
protectora.
La misma muerte
tímida se vuelve,
pues sospecha
una fuerza
su cuerpo contiene
aún no medida.
Por vos muero
señora mía.
¿Qué otra cosa diría
con sentido
ante usted?