La noche en su ternura parecía abrazarme
rodeando de silencio el bullicio interior.
Con alma enternecida por roce superior
palpando sus bondades dejábala abrigarme.
Serena en sus pasiones buscaba acariciarme
dotando con belleza firmamento exterior.
Contrita la consciencia, sabiéndose inferior
infiere en el mutismo poder de aconsejarme.
Un pensamiento necio que el aire pululaba
la atmósfera espesaba con densa agitación,
negado entendimiento razón obnubilaba
sumiendo al sentimiento en durísima afección.
El universo interno que en llantos ululaba
hurgaba en triste noche salvar predicación.