A MI RÍO NEGRO (HUM)
Hoy te acaricia el pampero
irisándote en plata y sosegando tu andar.
Otros días te oscureces al influjo
de los vientos borrascosos, y
al pasar desenfrenado,
entendemos el por qué de tu nombre.
Generoso regalas el fruto de tu trabajo
festonéando en amarillo, las
verdes manchas de sarandíes y ceibos
de tus riberas, mientras en tu lecho
duermen arrulladas en el tiempo
aquellas que formarán el nido de los hombres.
Llevas contigo la marcha del sol
sobre el firmamento.
Hoy tu piel se pinta con los colores
de la paleta del creador.
En ella se dibujan todas las formas,
de alargadas sombras hacía el Este.
Mi imaginación juega, hasta
que la noche se funde en ellas.
Allí se mueve un cardumen;
más cerca zambulle el bigúa.
Quizás el dorado esté cerca
o un surubí haga la fiesta al pescador.
Convocas silencioso a reunión
en los ardorosos días,
en los tibios y en los fríos.
A nadie escapa tu evidente presencia
aunque te den la espalda sin verte pasar.
Y es que están seguros, de que allí estarás.
Y cuando caiga el sol, y aparezca la maga con su farol,
serán los enamorados los que te buscarán,
y frente a tus aguas plateadas de luna,
se jurarán amor.