Si yo fuera poeta te diría...
en un verso de agua
que te des un clavado
y explores mis adentros
Si yo fuera poeta escribiría
una historia sin fin
amparado en tus ojos.
Si yo fuera poeta de mi tinta
te pintaría luceros en tu vientre
que ha sido noche muerta,
vaciaría mi alma en cada brote
sobre tu piel de seda,
me bebería a sorbos tu sonrisa
y te haría mas coqueta,
uniría tus yemas de las mías
cuando ronden tristezas
y así de tu alegría me darías/
y yo de mi tibieza.
Si yo fuera poeta a cada nube
la hiciera mas ligera,
y amarraría un lazo a los amantes
colgado a las estrellas
para que así se eleven a la luna
montado sobre ellas,
sobre esa ebúrnea masa de algodón
y de tierna pureza.
Si yo fuera poeta de jardines
succionaría miel fresca,
la sabia de las flores me seria
lo que endulce mi alma y la haga tierna,
y las fragancias que estas me despiden
me llenarían de oxigeno/ de vida,
y harían latir mi corazón/
con mucha fuerza.
Si yo fuera poeta le pondría
a cada estación/ aun mas esencia...
mi amada primavera la vestiría
de copos blancos y de brisa inquieta,
al verano lo hiciera colorido/
lo enfriaría un poco/ con tormentas,
al otoño le diera del perfume
del cual riegan las flores
cuando abril empieza
y al invierno en calor lo mantendría
para que al abrazar el derritiera/
en su gélido beso las pasiones
y sobre piel mojada se durmiera.
Si yo fuera poeta extendería
los días del ocaso y la floresta,
a la luna la hiciera mas cercana,
a sol mas tibio y calido lo hiciera,
acortaría en suspiros las distancias
y al amor en estuches lo envolviera...
y lo regalaría a los que aman
para que por amor nadie muriera,
sino que se amarían hasta el alba
y en humo subirían a las esferas,
a circular en un vals hecho ensueño
bajo una luz radiante, una luz bella.
Si yo fuera poeta no diría
tanto de lo que hiciera...
envés de hablar de todo
me haría eso:
verso, mar, una historia,
lucero, estrella...
una pizca sincera de alegría,
una nube colmada de pureza,
un jardín empapado de dulzura,
un aire que oxigene la pereza.
Seria una primavera blanquecina,
un verano que enfríe la tristeza,
un otoño y que caigan de mi árbol
flores acompañadas de hojas secas,
un invierno abrigado en calor tibio...
una luna, un sol, la noche inquieta.
Seria del amor cada suspiro,
un humo que en fragancia
al viento hendiera/
un vals, fiel melodía, luz radiante,
un alba que a las vidas sorprendiera.
Convertiría mi alma en pluma y tinta...
y al mundo escribiría en mi belleza.