Palpitar de sentidos…
Se escondió el sol
presuntuoso en llamaradas,
con matices rojos
en flama ardiente en nuestros ojos…
Éramos niños con los párpados abiertos
apareando sombras de caricias
en los resquicios de nuestros cuerpos.
En soledades fuimos besados en nuestras bocas
fusionando sueños
por el silencio de nuestro encuentro…
Profanó el deseo
el palpitar de los sentidos
como flechazo directo ¡directo!
a nuestro pecho.
Éramos uno aquella noche tan silente,
pariendo ternuras
que nos condujeron al insomnio,
¡tantas! caricias
alzaron vuelo de palomas,
revoloteando por todo nuestros cuerpos.
Seducen los pensamientos
trayendo recuerdos hasta el alma,
serpenteando suspiros apretados en congoja
fuimos ensamble de clímax ¡esa! noche,
acunando lagrimas
profanadas en nuestros ojos.
No era tristeza ¡amor! lo que nos embargaba
era placer… ¡placer! incomparable
se volvieron peregrinos – yertos
los ¡te quiero!, aquella noche
cayeron gotas de rocío por nuestros cuerpos.
Transitamos las llanuras hirvientes
de punta a punta vociferando gemidos,
fue nuestro estomago el nido de mariposas
que hizo vibrar hasta el universo mismo…
Me desperté y ¡aun estabas! allí dormido
nunca pensé que seria nuestro
¡único idilio!
renové credo en el amor entre tus brazos
y aunque te fuiste, aun te sigo recordando…