Muchacha, piel de primavera,
capullo en flor,
exquisita malva,
bendecido rocío en estación de verano.
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Tú llegaste a mí
cuando mis inviernos enfermaban
mis raíces de viejo nogal,
tú fuiste el aire del mediterráneo
que mis pulmones para respirar ansiaron.
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Muchacha piel caramelo,
ojos azul cielo,
cabellera sortija.
Bendecida mujer de piernas al infinito
y senos de espuma.
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Llegaste a mí con tus candilejas azules
iluminaste mi andar
y sin dudar desde entonces…
te adoré.