omu

Humana reliquia

 

Una banda abraza,

sobre la corona, enuncia:

« Pan de vida: tú.

Tú: gota de lluvia »

Ya hubo oráculo que acertó:

C-o-n-t-i-n-u-i-d-a-d.

Nosotros aquí; compungidos...   más que nunca atendemos.

 

Una sentencia denota

el amor que supo dar.

Su saber amar. El súmmum de la creación.

Remarca el amor que perdura,

el que por valioso se queda.

 

Echa mano y recupera:

el sabor presentado para muchos,

de un plato de macarrones

o de unas ricas lentejas.

Una nevera quejosa y hambrienta

...pero siempre abierta.

Y un colchón,

que enrollado en cualquier rincón,

aguarda la necesidad;

que está a la espera.

 

 

Una corona, (para una reina)

junto a cuatro ramos resalta;

aquel amor que supo eludir;

tanto los juicios viciados

como el envanecido intelecto,

cualquiera de las posibles fronteras.

 

Este amor fue:

por valeroso audaz,

y por sagaz tan perspicaz,

que no tuvo ni tendrá;

cárcel ni límites.

(Así los astros lo convengan)

 

 

Gladiolos, rosas y crisantemos,

abandonan sus fragancias,

desisten de hablar.

Respetan, de ella, su mirar cerrado,

su propio aroma esquivan,

penan que penan.

Abundan en la memoria;

le deben, y por ello,

callando, se suman al duelo.

 

 

Fue una amable florista,

que compuso, llena de mimo

y con gracia, el arte de centros,

y el porte de ramos.

 

 

Combinó el verdor de sus hojas,

bien midió cortando los tallos.

Peinó, tantas veces al doblar

dulcemente con sus dedos,

los pétalos aterciopelados de un Abril en Agosto,

como también; los de Enero, o Octubre

o los nacidos en Mayo.

 

 

Desde mis ojos.

Mejillas abajo;

humedecen un ahora de despedida.

Resaltan un fuerte vínculo,

alivian mientras se precipitan.

 

 

Se deslizan y ruedan,

penetrando en un mismo cubículo:

"La vida"

Y este tiempo resguarda un mensaje,

« No podría existir la alegría

si nos diera la espalda la pena.»

 

(Suerte.

Afortunado soy;

tengo lágrimas para llorarla.)

 

 

Mi corazón; lastimado.

Llora mi alma desde sus entrañas,

lloran mis ojos desde mi corazón.

 

 

El llanto se cierne,

es fruto que nubla mi vista.

Es un nivel que equilibra,

y un termómetro indicando;

dónde estoy y quién soy,

la posición, cual es mi hemisferio,

aquel orden incomprensible,

los grados de mi desdicha.

 

 

Sé, de bien cierto,

no más me acariciaran sus manos,

su sonrisa emigró hasta un horizonte que,

desde antes de, ella, aparecer

...ya la protegía despierto.

 

Su marcha;

angustia insufrible,

realidad fatal

cual me aborda

y es tormento,

cruda pesadilla.

 

Suerte de los recuerdos.

Me sirven para silenciar,

de esta tierra, el tiempo,

y desleír el enorme peso que hoy,

comporta esta ausencia, su partida.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)