Esperpento

Fugaces primaveras

Así como el mar llega a la orilla

y abate en la roca sus tormentos,

esculpiste mi corazón, por ti latiendo,

y me hiciste comprender, tarde,

que hay amores más fugaces 

que las primaveras en que sonreías.

 

Y aunque tus raíces se secaron

y aunque abarquen todavía mi llanura,

esta herida aún duele, aún cicatriza,

y la roca mellada ya es sólo ceniza.

 

... Pero, algún día,

aunque siga llorando por esas quimeras,

me encogeré de hombros sin recordar quién eras.

¡Ay, fugaces primaveras en que dura un beso!,

la vida no puede ser sólo eso...