Cuando veas una franja negra las gaviotas
y que en su melancólico vuelo dejen caer sus lágrimas,
sabrás que he muerto.
Cuando el rosal de tu jardín incline sus capullos,
y se abracen entre sí adoloridos
y te nieguen su fragancia,
sabrás que he muerto.
Cuando las páginas del cuaderno que hoy escribo
se sierren para siempre,
se vistan de polvo hasta ocultarse en él
y el fatigado verso busque un nido,
sabrás que he muerto.
Cuando la canción que juntos escuchamos
deje escapar sus notas mustias
y arranque de tu pecho un suspiro,
sabrás que he muerto.
Cuando las nubes corran presurosas
y dejen caer gotas de sangre
hasta teñir con rojos charcos la pradera,
sabrás que he muerto.
Cuando al mirar por tu ventana
La suave brisa juegue con tus cabellos
y sientas de repente un tierno beso,
sabrás que he muerto
Cuando leas estos versos que hoy trazo tembloroso
y que brotan de este pecho sollozante
sabrás que he muerto .
Por favor reza por mí un padre nuestro