Que tentación de amar
a una flor cuyos pétalos
se desbordan de color fuerte carmesí,
su aroma primaveral que enloquece
los sentidos al colibrí para saciar su sed
con el néctar de sus entrañas,
y su forma simétrica que la misma
naturaleza envidia por su creación,
si es una tentación amar a una flor así.
Yo tengo sed y hambre de amor,
y solo quiero a alguien como tú,
el fruto prohibido que con tu jugo sacia mi sed,
tu cuerpo madurado colman mi hambre,
y tu sabor es enigmático.
Solo quiero que sepas que prefiero
el fruto que una flor en el atardecer,
aunque seas difícil de obtener.