El tiempo estoy mordiendo con el diente,
que tu labio feroz también mordió,
cuando apresé tu boca tiernamente
y tu mano en mi vientre se perdió.
Y estoy tomando ansias en aquel vaso,
que mi mano te dio para beber,
cuando haciendo el amor paso por paso
colmábamos la sed con el placer.
Y el hambre de tenerte estoy saciando,
comiéndome mi propio corazón,
y herida la razón voy delirando
muriendo día a día en desazón.
Y en hinojos mi rezo en lejanía,
con el alma viciosa agonizando,
pido poder morir en mi agonía
la carne de tu cuerpo deleitando.
Autora:
Amelia Suárez Oquendo.
Amediana
24 de enero de 2013.