AVALANCHA
Soñé ser un gran cóndor
Con las alas enteras,
Un cóndor de Los Andes,
Muy libre en las alturas
Absorto ante el deslave
De las nieves derruidas
Rodando por las faldas,
Dejando en las laderas
Las rocas ya desnudas,
Sin árboles, sin vida,
Despojadas del manto
De las nieves perpetuas
En avalancha horrenda
Bajaban la pendiente
En horrísono empuje
Toneladas de muerte,
Nieve manchada en lodo,
Rocas rompiendo árboles,
Tierra en fango tornada
Manchando los torrentes,
Y todo este fenómeno
Arrasando con todo.
Los bosques, los pinares,
Cosechas y ganados,
Caminos, carreteras,
Los puentes y las gentes,
En sinfonía tètrica
De chasquidos, bramidos,
Gemidos, alaridos
Y gritos espantosos,
Todo rodó en instantes
A través de gargantas
Y cañadas voraces,
Hasta inundar los valles
Con una mezcla informe
De silencio y de muerte.
Desde mi lontananza
Oteo tan dantesco
cuadro de destrucción.
Y sin embargo veo
A tantos tristes seres
Mal llamados humanos
Que se supone son
La máxima conquista
Del genio y la razón,
Otra vez depredando
Los musgos, las palmeras,
Los árboles y todo
Cuanto hallan a su paso
Siempre depredador,
Quemando en las laderas
La hojarasca y las ramas
Disecadas al sol,
Preparando otra nueva
Avalancha mortífera,
Despejando el camino
Que conduce al horror
Y es que el hombre por siempre
Ha sido, fué y será
Esa triste criatura
Que sus mismos errores,
Siempre repetirá.