Otro pasó…
¡Vamos!
Que el viento sopla cariñosamente
y se ocupa tanto de ti
sin ser necesario estar presente.
En tu buscar sonriente
no pasa la vida indiferente,
que hasta espinas en tus manos
conviertes en rosales fervientes,
y de mi cielo lucido y azul
alejas días grises obscuros;
cosechando matices claros, sin muros.
Sol en tu boca
que nace constantemente
y atraviesa la llanura espesa,
sin equivoco de un norte, a un sur,
de un este, a un oeste.
Que venga la vida
y que cueste, lo que cueste...
Porque aun la eternidad es poca,
ni suficiente el aire que te toca;
de mediodía al sol en tu boca.
J