VENDAVAL DE ILUSIÓN

Estoy aqui

Sabes niña…no perdono aunque me perdones,

cada lágrima que mi ausencia te provocó.

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Creerás que ha sido fácil para este loco enamorado

haber vivido distante de ti,

pues fíjate que no mi dulce niña.

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No voy a negarte que

al principio de mi huida sintiera alivio,

¡Si!... alivio a la responsabilidad

de corresponderle a un amor

tan grande como el tuyo,

pero mientras los días iban transcurriendo.

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Me debilitaba tu ausencia y

moría un poco más en la distancia.

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Por las noches, añoraba tus besos,

tus volteretas en la cama,

el ocupar mi lado para dormir más cómoda.

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El día, era interminable, atestado de silencio,

monotonía por doquier en esta casa

que fabriqué en mi exilio

y ante tanta burda soledad, me dije…

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¡¡Ve a buscarla!!

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Y aquí me tienes,

sólo ruego no haber llegado tarde.