Juego a que no te extraño.
Juego a que no despierto a diario con tu recuerdo.
Juego a que no espero tu regreso.
Juego a no quererte.
Juego a que aún eres mía.
Juego a que piensas en mí.
Juego a que me piensas como yo a ti.
Juego a que nadie más existe,
sólo tú y yo.
Juego a que jugamos y reímos.
Juego, juego, todo es juego,
y es que si no juego pierdo el sentido
pues se que tú y yo no compartimos el mismo destino.