También te platico,
en esta mañana de domingo,
eres mi silenciosa acompañante,
ya no me siento tan solo,
porque sin hablar, lo hago contigo.
Me emociona tu presencia etérea,
no te veo, y sin embargo,
estás aquí conmigo.
Sentada, en un bote, a mi izquierda,
de vez en cuando, volteo a mirarte.
Con tan poco, la vida llena,
y el sufrimiento viene por la compulsión
de querer, de asir, lo que no me pertenece.
Y nada es tan mío,
sólo soy una ilusión mental, de mi mismidad.
Hace días, por la mañana,
me llega un dolor, o sensación del mismo,
ya no se qué pensar, si mental o físico,
en el pecho, hacia la izquierda.
Y te confieso, porque eres intimidad,
que me invade la hipocondria,
como una mancha, que me ensucia el alma.
No se de donde,
me ha llegado, esta fijación mental.
Te lo tengo que decir, intimidad,
siempre le he tenido miedo a la muerte,
creo enfermedades y sintomas.
Soy un obsesivo de la Homeopatía,
y a cualquier sensación, busco remedio,
porque hasta la estudié.
Hoy que me senté, a platicar contigo,
me llegó, como un toque de dolor, en el pecho.
De inmediato pensé en Spigelia,
un medicamento para ese síntoma.
En días pasados tuve esas sensaciones.
Hace años, por lo que me has oído,
acudí con el médico,
"en cuanto al corazón, no tiene nada,
un poco crecido por la edad".
Yo pensaba, está grande,
porque en mi juventud,
hice mucho ejercicio de fisiculturismo.
Intimidad, soy miedoso,
a tantas cosas, a la muerte.
Al sacarlo, al escribirlo, al hablarlo,
como que empieza a disolverse.
Te lo comparto, porque somos uno.
Y es la idea de separación,
la causa de mi sufrimiento.
Estoy donde tu estés,
la corriente del río de la vida,
nos encontró en su camino al mar.
Sólo este momento, naveguemos juntos.
Gomo gotas que somos, cada quien,
recibe un beso de agua de mi corazón.
EL POETA DEL AMOR. 20-01-13.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.