carminha nieves

LA MURALLA

                                                      

 

¡Tantas veces he regalado mi corazón! De cada una volvía herido, triste, así pasaran años de mi vida.

Si me arrepintiera a la hora de mi muerte, al cielo iba, ahora solo miro hacía tras y veo como fui  engañada, por mí misma.

Pensaba que eran como yo, cuando en verdad, es distinta la manera de los otros. Un poco de mí derroché poco a poco, ilusionada, creía que me querían, independientemente si era amor de pasión, oh amor  por alguien, sin ser, egoísta, solo sencilla, fui destrozando la confianza  que tenía.

Imparable maldad, que como  la humedad come el hierro, las bofetadas, que he llevado como viento helado, en mi sentir, no me cambiaran.  Soy árbol pequeño, insignificante, con raíces fuertes e profundas, no la consiguen arrancar. Sendero de desilusiones, tras una de otras,  aun las a profundan más.

Sin darme cuenta  estuve  sanando las heridas del corazón toda la vida, desde joven, bajo lluvia llorando, caminaba por la finca, mezclando lluvia y lágrimas sin saber la razón por que  tenía que sufrir, por mí y por los demás.

Es hora de parar, descansar, nunca dejaré sea lo que sea me haga sufrir más. Llega, ya, me asiste el derecho de tener mi vida propia, total me acusaran siempre de lo que no hice, por lo tanto, de los restos de mi corazón, solo sentiré  con los pies bien asientes en la realidad, lo que debo. Hacer que tengo blancas en mi memoria, recordar el bueno, rechazar lo que fue tan  doloroso y intentar amar.

De manera distinta, sin  querer que sea duradero, amaré  mientras lo quiera. Sin piedad, terminar y empezar una nueva ilusión. Muralla  intraspasable, con paciencia la fui haciendo, con cada desilusión y disgustos,  no dejará que invadan mi vida, sencilla, no me importa el oro, ni tesoros efémeros, que se evaporan con el tiempo.

Quiero mi sonrisa, mis ojos brillantes de alegría, voluntad de vivir. Ya basta lo que quitaran de mí  con falsedad.

Puedo besar, pero con los ojos bien abiertos, aceptar abrazos,  sabiendo que son de ocasión, palabras llenas de amor, ¿cuál? No ni quiero saber. Importo solo yo, lo que siento, lo que quiero  y nada más. Me han enseñado, ahora lo pongo en práctica. Seria loca si no hubiera aprendido nada y no cambiara mi manera de dar, lo que de mejor tengo. Mi corazón.

En las sonrisas, veo falsedad, en los besos, mentira, en miradas de cariño, interés. Sin  fantasías, aprovecharé el momento y nada más. Así lo han querido así lo tendrán.

Sitiada, toda la vida, sin defensa, puedo continuar a estar, pero detrás de mí muralla intraspasable, gozando como intentan  coger mi corazón atento y vigilante.

No tengo gusto que sea así, pero es la realidad y no puedo dejar que destrocen lo que resta de mi corazón.

Oporto, 21 de Enero de 2013

Carminha nieves