(Managua 12 de noviembre, 2011)
La luz de la mañana golpeó mis ojos
cuando apenas la almohada me dio una tregua
dejándome dormir.
Un sabor reseco en mi garganta
y mi lengua pegada al paladar
y el primer pensamiento que asoma
–tu nombre tenía que ser-
Otra vez me enfrento a la rutina de un día sin tu presencia,
la habitación tan vacía.
Doy varias vueltas en la cama
y voy a prepararme un café, mientras enciendo mi MP3
en donde suena nuestra canción.
Me espera el trabajo: los estados de cuentas, transacciones de pago y de cobros
y los libros contables en los que no he podido anotar
… y cuando termine todo y comience una nueva noche,
¡otra vez la guerra entre mi almohada y yo!
Tú nombre bordado en las fundas,
no me deja dormir.
¡Guerra con la almohada, es tu adiós entre tú y yo!