Te observo...
Me pierdo entre tus rasgos,
en la silueta seductora de tu cuello,
en tu cabello de noche oscura,
en tu boca...
jugosa como fruto de la vid.
Surco los crepúsculos de tus ojos,
volando en tu ocaso eterno cual ave.
Te adoro... ¿No lo ves?
Si supieses el agrado que encuentro en tí.