Pensé que tú me querías
por el valor de mi persona
pero al oír tus palabras
con disfraces de ternura,
sentí la desilusión
más grande del universo
ahuecaste al corazón
que te di con embelezo.
Sentir la desilusión
me hizo pensar en todo
lo que doy y de los otros recibo
si dar tanto no me ha puesto
en un conjunto de errores
sin medir las consecuencias
que me ha causado dolores.
Desde hoy en adelante
mediré mi coherencia
gota agota pondré
una a una en mi vaso
definiré así mis triunfos
y lloraré mis fracasos.
Sentir la desilusión
me ha puesto hoy ha pensar
si dar amistad y cariño
es como dar oro en polvo
que con un soplo se va.
Beatriz Fernández