Todo puedo negarle a mis deseos,
excepto los besos de tu boca,
pues en ellos me envuelven revoltosas,
mariposas que aletean por mi cuerpo.
Es que tienen tus besos dulce hechizo,
que esclaviza y subyuga mi existencia,
concediendo al embrujo de tus labios,
ese ardor que me lleva a tu presencia.
Como adicta de ese aliento tan viril,
ya no puedo pensar en otra cosa,
que no sea el momento de ese beso,
y me vuelvo sin remedio como loca.
Dame por favor te ruego,
el placer de sentir ese delirio,
pues muero si esta noche no me besas,
y me llevas al fondo de tu abismo.