ALVARO J. MARQUEZ

AL DÍA SIGUIENTE

 

"Te invito a comer para empezar/ enamorado como ninguno,/ a quererte para cenar/ y amarte hasta el desayuno"

 


 

No sabría decirte con exactitud

 

el resultado de la experiencia

 

que con mucha prontitud

 

ambos vivimos, pero aquí estoy,

 

yo tan sólo sé que hoy

 

te deseo con mucha más vehemencia.

 

 

 

No sé si acaso fueron tus besos

 

-aplacando con dulzura mis resabios-

 

los mejores para mí, pero esos

 

me los diste con pasión loca

 

y hoy no quiero otro sabor en mi boca

 

ni ardor más divino en mis labios.

 

 

 

No sé si verte ante mí desnuda

 

-visión que en mi mente acepto-

 

puede haber sido una ayuda

 

para reforzar mis sentimientos,

 

pero hoy de ti en mis pensamientos

 

tengo el mejor concepto.

 

 

 

Puedo verte donde quiera que estés,

 

no sé si el amor se me esconde

 

o si no es amor tal vez...

 

Yo sólo sé que te recuerdo ahora,

 

que igual que mi alma mi ser te añora

 

sin importar cuándo ni dónde.

 

 

 

No sé si el encuentro de ayer

 

lo que hizo fue sacarnos los frenos

 

para que nadie nos pueda detener,

 

pero hoy, que ha pasado sólo un día

 

extraño tu cuerpo reina mía

 

y la magia de tus senos...

 

 

 

De tus caricias infinitas...

 

de tu sonrisa de mujer feliz...

 

Tantas palabras sentidas y bonitas,

 

fuiste tan limpia, tan pura,

 

que lograste con tanta dulzura

 

arrancar mi tristeza de raíz.

 

 

 

La verdad no sé -¿cómo saberlo?-

 

aún no lo he descubierto,

 

si tu cuerpo cuando pude poseerlo

 

se volvió esperanza en mis manos,

 

si mis sueños ya no son vanos

 

y estoy añorando algo cierto.

 

 

 

Quisiera saber si esto que vivimos,

 

esto que juntos apenas ayer pasamos,

 

si tantos besos que nos dimos

 

harán perenne en mí tu huella,

 

si te extraño porque te quiero, bella,

 

si te deseo porque te amo.

 

 

 

No sé si por estar

 

en ti mis pensamientos presos,

 

pueda desde hoy cambiar

 

porque alguien como tú exista

 

y agarrar como todo egoísta

 

sólo para mí tus besos.

 

 

 

No sé si precisamente tus besos

 

-haciéndome olvidar mis fracasos-

 

fueron lo mejor para mí, pero esos

 

me los diste con pasión loca;

 

¡hoy no quiero otro sabor en mi boca

 

ni otro cuerpo en mis brazos!