Quiero sembrarle a mi pueblo una siesta,
para que detenga el ritmo de su agenda,
Quiero dejar en cada sueño un huequito,
por donde se escape el aire de a poquito,
y descubrir què piensa sin contienda,
en el abanico de toda esa fiesta!
Quiero que brote del discurso, un milagro
de tiempo detenido, un milagro chiquitito,
que crezca en la memoria del herido,
y caiga en las manos del que vuelve,
Quiero darle paz por los oìdos,
llevar su escucha atenta, hasta el presente!