Oscar250

hermosa mujer dorada

Porque pueden pasar las turquesas más bellas

Intentar rozar afectuosamente mi alma

Envolverme suevamente en sus secretos

Enloquecerme con sus andanzas

Engalanar estrepitosamente mi piel

Quemar con topacios las heridas afanosas

Pero nunca serán como la mujer del ayer.

 

Porque podrían regalarme mil versos preciosos

Tejidos sobre bordes candentes de seducción

Labios rojos de una pasión desenfrenada

Perder la razón frente a océanos profundos

Involúcrame en cielos celestes infinitos

 Y deleitarme con amaneceres exuberantes

Pero aún así no sería lo mismo sin la mujer del ayer.

 

Porque podían llevarme a un parque sin fin

Rodeado de árboles enormes en sus penumbras

Publicar que en sus entrañas exclamé la tozudez

Para amarrarme a sus caderas sopesadas de irá

Con la nostalgia arrugada de la soledad irónica

Y extasiarme una vez más en su cielo rojo eterno

Aún así, prefiero a la mujer que tantas veces amé ayer.

 

Porque he sucumbido ante la arrogancia de cadenas

Contornos arrulladores en noches de tibia bondad

Amarrados entre lazos de exquisita hostilidad

Porque violentos son los placeres de la vida licenciosa

Sin alma en el corazón van volando milagros en prosa

Mujer que desde hoy hacia ayer se siente tan vanidosa

Aún así, para mí ella siempre sigue siendo la más hermosa.