En realidad hoy advierto que no soy el único,
acaso sea diferente, un disímil de hombre.
Me siento con vida, pues discurro, cavilo, respiro,
pienso en la misma existencia y en sus horas de ensueño.
Me entregué a los abismos de una historia sin nombre
con las manos francas y mis sentidos a punto.
He dibujado en mi mente sueños deseados.
Me enfrenté a un pasado con uñas y dientes.
Hoy no quiero ser más que un simple viviente,
una ansiada simiente de un presente con brillo
Amo con la furia de una madre a su hijo.
Con mi destino en el frente apunté a un futuro,
con la sabiduría del necio, con la razón del ignoto.
He deseado traspasar el portal del destino.
Consigné largas horas de reflexión y criterio.
Escribí en mi alma los momentos de hastío,
convirtiendo al concepto como centro del hombre.
Perseguí la verdad aunque fuera cambiante
Elevé mi ignorancia y adoré el saber
como hizo el amante de la plena sapiencia.
Y seguiré avanzando este camino escarpado,
con la antorcha encendida iluminando mi vida.
CARLOS A. BADARACCO
26/1/13
(DERECHOS HUMANOS)