... Y en la noche, mirándote dormida, tentado por el pensamiento cautivo, intentar más no atreverme a besar una y otra vez, tus prohíbidos labios de ensueños ...
syglesias
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PARA tus OJOS:
Qué triste es darte un beso dormida, entendiendo a la espera de tu fingir, que eres como ese sueño perdido de una ilusión que se desvaneció antes de poder nacer y ser mostrado frente a tus hermosos ojos glaucos al no lograrte nunca comprender, pero es por ti, que Yo quisiera sentida y sinceramente revivir ese sueño querido de ayer, sin importarme lo que pienses hoy de mi, al permitirme alcanzarte no solo con mi negada mirada, sino, con la mano del buen amigo que soy y no por el enemigo que crees tener declarado a las puertas de tu corazón...
Qué triste es darte un beso dormida y al abrir los ojos y verme voltearme el rostro para que mis labios resecos no osen nuevamente de besar los tuyos, viendo tristemente como tu boca cierras fuertemente, para que en descanso tu privacidad no sea más violada, para quien al llegar a casa te encontraba despierta y receptiva, obteniendo no solo el beso de rigor, si no, los brazos abiertos para que cobijándome sobre tu pecho, pudiera amarte, sin tener reglas por condiciones que cumplir, escuchando los latidos de tu corazón enamorado...
Qué triste es darte un beso dormida, intentando hacerte recordar la presencia que tuve en tu vida, cuando fui lo primero y principal que siempre querías ver y sentir con una sonrisa de perlas, cada amanecer, recibiendo ese beso de despertar, oyéndome decir a tu oído, que eras la mujer cual belleza radiante y natural, motivaba las letras para los pensamientos más puros y hermosos que luego plasmaba con profundo amor por mis sabias manos a lo largo de toda la suave piel de tu cuerpo desnudo, por ser Tú, para mí, poesía viva de inspiración.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 23012013 07:20 AM.