Mientras los pueblos sigan dormidos
sin exigir a sus gobernantes
con certeros reclamos blandidos
seguirán aquellos campantes.
Sin mediar palabras, solo guerra
el poder económico impera
para ellos el ciudadano yerra
y tan solo vive de quimera.
La población se queda en lamentos
viendo el camino de la miseria
y los poderosos muy contentos
pues ya no necesitan feria.
Quién habla de un libre albedrío
cuando se comprime la actuación
se dice el gobernante: \"me río,
yo soy el gran rey de la nación.\"
No encuentro ninguna diferencia
en las muertes por la delincuencia
y las que morteros ocasionan...
ambas la paz del pueblo traicionan.
Delincuencia por malas enseñanzas
las guerras por hectáreas de tierra
robando siempre las esperanzas
a las que los jóvenes se aferran...