Tantos días de mi vida he camino en el desierto.
Un lugar tan desolado, que hasta un viento
Parece un ser querido.
Un lugar sin agua, sin reposo,
Solo dunas sin fin
Que hasta mi vista llora por no ver el fin.
¡Pero por fin!
La lluvia tan bendita y esperada.
¡La lluvia de tu hermosa risa!
Un rocío por la mañana
Que hace florecer lo que se creía muerto.
Que trae alegría a un rincón que nadie supo que existe.
Las nubes se alejan,
La lluvia se termina.
Pero esta planta que una vez fue planta
Dará los frutos en un desierto tan poco desolado.