Contemplaba tus ojos
aquella vez en que la tarde se hizo poesía entre tus brazos
simplemente consumación de esperanzas tardías
que culminaron con el ocaso de un tono rey imaginario.
Consumimos historias de añoranzas y pesares
que envejecieron a nuestra par
masticando remembranzas de recuerdos
de lo que creímos era nuestro sueño.
No confundimos el amanecer con la nostalgia
ni mucho menos tejimos sueños sin sentido
aquellas tardes insinuantes
en que juntos a la par creímos dar un paso del infierno al paraíso.
Mientras yo ocultaba entre mis pechos
libros poemas y recintos extraídos de recientes nirvanas
y ahí entre tus brazos determiné
donde quedarías en mi vida
y elegí el olvído de mis más sublimes sueños.
Imaginando tus cabellos mientras mis mejillas
ahogaban las ultimas lágrimas saladas
que nos ataban en esta lúgubre existencia
brazos fríos que apuntaban a las caricias más ingenuas.
Si tan solo la vida nos hubiese ignorado no hubiera vivido
esta sensación de beso trirurado que sangra por la herida
y mucho menos hubiese presentido los grandes temores
que el día de hoy veo reflejados en el espejo del abismo
agonizando el recuerdo en mi memoria.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.
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