Ondulante realidad por la que me deslizo ebrio,
el alquitrán reside en mis pulmones,
romance agreste y pésimo.
Se escapa el humo de velas, lejos, en una ventana
mientras lágrimas de pésimos actores
ensucian los guiones de este drama.
¡Oh incesante musiquilla! que sigue, no cesa
me hace flotar sobre una nube que confiesa:
Amor expresan cuerpos desarraigados
y deformados por la miseria
en esta histeria colectiva, pueril y lasciva;
viejas cintas cuentan historias y llenan de amor
copas vacías, ansiadas por ser bebidas
por bocas que huyen del presente
inventando el suyo mejor