Al ver tu cuerpo desnudo,
Me dio una desolación
Tú, al otro lado de la calle,
yo mirando tu habitación.
Escondido tras los visillos,
Vigilándo cual ladrón.
Tus pechos eran dos muelles
Cuando bailabas desnuda
Mi cuerpo se estremecía
Como una caricatura,
Al ver, entré tus blancas piernas,
Aquella grieta entre rizos
Me miraste sonriendo
Mi voluntad, se deshizo.
Y entre mis piernas, nerviosa,
Se puso alterada, la cosa.
No pude resistir tantas
Y tan locas tentaciones
Y salte lo mismo que un gato
Las ventanas, y los balcones.
Y cuando llegue a tu puerta,
Tú me estabas esperando
Sin falda, sin blusa,
sin calzones, y bailando.
Autor Joaquín Méndez.
27/01/2013 22:00:51
Reservados los derechos.