No me devuelvas nada…
Todo lo que no te di
es tuyo,
Todo lo que te he dado
Fue apenas,
un paseo en bicicleta.
Pasaban los pájaros en la pinza
y yo me los arrancaba
ceja por ceja
cansada ya, de tener mucha pluma.
Los globos son necesarios como collares
no así, el tiempo.
El tiempo es un hilo con manos de tijera…
No sé cómo ni cuándo
me empezaron a gustar
los colores cosquillando con sus patitas
los años de mis heridas creciendo naranjas secas.
La logia de las catarsis
abstrayendo horas, termómetros, pesadillas;
-En la hoja-
es un árbol visto, desde la ventana, de un monje.
Duele…
Me duelen las trenzas peinadas por mi madre;
ella toma una aguja, me marca desde el vientre
a mi miedo lo acuna en sus oraciones de virgen;
y en mis oídos suena una pierna –sobando-
la satisfacción clandestina de perder una media.
Estamos desde cerca desfigurados en el espejo.
Buscamos a un niño
el niño es una niña vestida de traje
la niña es una ciudad para aborrecer el exilio
y también hay un bosque, donde uno, ha perdido sus piedras
Buscamos al amor,
pero el amor es la dialéctica
sin tesis final que nos resuelva.
Dos puntos se oponen a ser unidos;
el imán metabólico y omnipresente
Adhiere a los miembros en una orgía de sentencias.
Mi logia ha separado las dicotomías,
Piel- banco
Zapato- oso de felpa
Lágrimas- diario escrito con tinta muerta.