Aunque lo callé, diría,
En la primera oportunidad,
Que el manto blanco de la noche
Cayo sobre tu piel.
Las dos grandes y negras
Aceitunas de tus ojos
Se convirtieron en el alma
Y el aliento de mi cuerpo.
Confesaría, desgarrándome el pecho
Para derramar la miel del grito que escondo,
Que el mundo hebra en el oscuro mundo de tu pelo.
Y arrodillando el corazón ante tus labios,
Mi reverencia actuaria inconsciente, pura,
Para adorar el recinto en que habitan tus besos.
Mis palabras, transfiguradas por la alquimia del amor,
Llegarían a lago, a cielo, a estrella.
Serian el oro que adorne a mi amada,
La plata que abrace tus manos.
Serian mis palabras flor, aurora boreal.
Serian verano y flores.
Serian beso y café en el invierno,
por la alquimia del amor.
Serian blancos pichones,
Que te llevarían rosas en lienzo dorado.
Seria mi amor tierno,
Convertido en todo eso
Por la alquimia del amor....
Si yo tuviese la oportunidad.