Se tiene que vivir, ganar para comer, trabajar sin ganas.
Otros lo hacen sin honestidad, y sin ella viven una mentira, más tarde o temprano, lo pagaran, por ahora son los honestos que pagan.
La rectitud, de nuestra seriedad, vale todo. Por mucho que esté enfadada con alguien, si delante de mí dicen algo malo y sé que es mentira lo defiendo. Nunca mezclo nada. Siempre la verdad en primero lugar.
No fui feliz, he sufrido, pero quien no supo darme un poco de felicidad, no es por eso que no diga que era honesto, metódico, trabajador y de lo más serio que hay en su negocio.
Incansable trabajador, de una rectitud inigualable. Lo timaran, lo digo desde hace años, nadie me ha escuchado, ahora las consecuencias ahí están. Y las sufro yo. No basta comer hoy, tenemos que tener para mañana, no podemos querer solo recibir y dormir sobre lo que hay.
Pensar a largo plazo, ponderar los contras e intentar cuando aún se puede cambiar las cosas. Batallé hasta la exhaustivo contra todos, llamando la atención de lo que pasaría. Una contra tres, todos los días, cansada, pero vigilante vía lo que me iba a pasar. Llegó el momento. ¿Ahora qué?
El que no me hizo feliz ya no está entre nosotros, no puede hablar, he quedado yo. Su honradez, honestad, la pisaran con la ganancia del dinero e no lo permito. No me importa que sean tiburones, de entidades bancarias, ni que sean poderosos. Yo soy más, soy la verdad, soy la continuación de alguien que no me ha dado felicidad, pero no importa.
Segura que lo timaran, con falsas palabras, lucharé de todas formas, él no lo merecía. En su memoria, por el hombre que ha sido, no pararé.
¿Dónde está la justicia? De una vez por todas, tiene que terminar la arrogancia de las entidades bancarias.
Robar no es solo asaltar casas, arrancar los bolsos de quien va por la calle, no, es mucho más. Es quedar con el ajeno sin piedad, es hacer escarnio de quien ha confiado en ellos.
Digo, a Ti que no me has dado felicidad, que me hiciste llorar tantas veces, no dejaré que hagan de ti lo que nunca fuiste, inculto sin sentido de responsabilidad e incauto.
Como cristiana en la arena rodeada de leones hambrientos de dinero, lucharé hasta derrumbarlos.
A quien no me ha ayudado, cuando debían por desconfianza hacia mí, tragarán en seco, sentirán el sabor de la injusticia de lo que me han hecho y que tanto me ha lastimado. No importa, mismo así, lucho con los poderosos, no me callo, ni con bancos ni, con nadie, que no son nada delante de una enfermedad mortal. Son iguales a mí, no lo piensan, pero creo que no valen nada delante de mí e de otros como yo.
Antes la palabra valla más que una firma, hoy ni esto vale nada. Nudos ciegos, en que vivimos.
Me duelen las manos de tantos deshacer. No importa, a continuar voy.
Conmigo, que esté Dios, con El caminaré por la vereda de mi camino, hasta que pueda.
Triste con tanta injusticia, triste, con tanta mentira, triste con la farsa de la vida en que tenemos que sobrevivir, aquí dejo mi desahogo.
Oporto, 18 de Enero de 2013.
Carminha Nieves