En el gran circo del mundo
baila equilibrada en el vacío
mientras aquí abajo
a escondidas la observo.
¡Pobre papel el mío!
En cinco minutos la actuación.
Cara empolvada y zapatones
roja nariz y mangas largas.
Preparado para la tarta.
Solo media entrada.
Lentamente desciende
desplegando sus largos brazos,
ofreciendo la misma sonrisa
cada noche.
Los focos se enamoran de ella.
El público se entrega
a su gracilidad de mariposa
cogida en la red
de una vida que le ahoga.
Nadie se da cuenta.
Hundido en la sombra
oigo las voces de su amo.
No acaban cuando Amor
tiene a bien taparme los oídos.
Una lágrima se pierde
en mi noche.
Le disgusta mi presencia
mas sus saludos guardo
en paño de oro cosidos
de silencio y desengaños.
Huye tristeza,
los niños deben reír.