Jamás una lagrima rodó por mis mejillas,
Jamás una lagrima palpó mi rostro,
Siempre saqué mi mejor sonrisa,
Mas inundado de tristeza...
Siempre supe contener mis ojos.
Con gran retorcijon en el pecho,
Más de una vez empuñe el dolor.
Necesitado tantas veces de ahogar sentimientos,
Mas jamás una lagrima revalsó mi corazón.
Nuevamente el dolor se hace latente,
Tu recuerdo quema mi orgullo persistente.
Sudan mis manos... tomo mi pecho...
Cierro los ojos y dejo pasar el tiempo.
Despierto de aquel trance agonizante,
Admiro rosas crecer en mi piel húmeda.
Jamás una lagrima... pero aquel instante
Desvordó el llanto que mi alma hospedaba.
Jamás una lagrima rodó por mis mejillas,
Jamás una lagrima palpó mi rostro.
Pero por ti mi vida, desde aquel dia...
Jamás pude reprimir mis ojos.
Germán Praeter