Ay amor que hoy esquivo
te paseas renuente,
con semblante prudente
y mirar disuasivo;
florecidos tus goces
en radiantes jardines,
torna en oro adoquines
a merced de tus coces.
Ay amor perfumado
de embrujada delicia,
en el alma propicia
su poder conjurado;
hechicero en encantos
prodigioso en visiones,
mago en mil ilusiones
barredor de los llantos.
Ay amor que exonera
pensamiento juicioso
y de actuar oficioso
real torna quimera;
siendo en dicha abundante
abre paso a su curso,
portentoso es recurso
de poder penetrante.
Ay amor que en lo humano
sabe obrar generoso,
distendido y piadoso
tiende al hombre su mano;
sin que medien recelo
o egoísmo ninguno,
en abrazo oportuno
alza el Ser hasta el cielo.
Ay amor que estrujado
va clamado justicia,
resintiendo codicia
en corazón manchado;
constreñido y punzante
examina verdad:
hostil es la crueldad
que esgrime el arrogante.
Ay amor que dolido
entre penas sucumbes,
despeñando en derrumbes
te desangras herido;
transitando en desierto
de avaricia y traición,
pese a tanta aflicción
llegas siempre a buen puerto.
Ay amor propulsor
de la humana grandeza,
portador de nobleza
de la paz precursor;
en el alma es mentor
sin igual de esperanza,
del valor la templanza
de alegría el tutor.
Ay amor persuasivo
en perdón palpitante,
con sereno semblante
sabes ser comprensivo;
no hay poder o barrera
que tu gracia resista,
ni inversión progresista
que tu fuerza no quiera.