Flor bendecida por la luz,
invita a soñar y a navegar caprichosamente
por los mares lilas del cielo.
Alimento de nuestros ancestros aztecas
que se negó, en rebeldía,
a nutrir al bárbaro invasor.
Si yo fuera mexicano, bien mío,
tus jardines serían iluminados
por dalias de todos los colores
para embriagarme de tu luz.