MUSEO ROMÁNTICO
La escalinata de madera se queja,
solivianta al dosel del lecho,
aviva ascuas con abanicos de viento
y cabecea copas de cristal pespunteado,
cuando el piano de cola vertical
ha cerrado el requiem al infante marmóreo.
Larra, en su icono desgraciado,
no sospecha que el efluvio de Poe,
los claroscuros de las Brontê,
se derraman en sangre incolora
al congelado presente de biblioteca.
La nobleza, la imposición política,
son sólo óleos que levitan
sobre la historia plebeya de la muerte,
el juego, la guerra cuerpo a cuerpo.......
Es singular la belleza africana
entre tanto rostro flácido, lechoso,
de mujeres púdicas de rostro comprimido
que nacieron crucifijos por vagínas.
Y todo, cuando en el verdecido jardín,
el chorro de la fuente imperecedera,
mueve el segundero despacioso
que ralentiza la vida, si quieres.
Kabalcanty©2012