Poeta-Maldito1976

Lost PARTE II

IBA  PERDIDOS Y LLEGARON HOUXE Y DEXTER Y ALGUNOS TERMINAMOS BAILANDO, O PEOR

PARTE II

Y mira quien baila. Y ya te lo digo yo quien baila. Es que la imagen evocadora de un sádico, más o menos como con el que tengo que bailar, hurgándome la cabeza con una mulinex a pilas, que ni siquiera son alcalinas, en un chiringuito lleno de arena reconvertido tan alegremente en hospital, acabó por terminar de limar mis suspicacias acerca del sonriente Dexter.

 

Pero yo hice lo que pude, yo lo intenté con las terapias, y los putos bailecitos, ensayamos las coreografías y todo, pero hasta un punto. Yo tengo un límite en aceptar tanta amabilidad. Porque Dexter era extremadamente  amable conmigo, a pesar de que yo tenía un desagradable color verde, a pesar de que el enfermo era yo, a él no le importaba, porque se desvivía en atenciones por mí, y yo no me fiaba ni un pelo, pero él era todo sonrisas. Me acompañaba a casa. -¿Tienes plan? –err, pues la verdad es que…sí, estoy bastante ocupado- estupendo, acabo de pasar de causalidad ahora por el chino de la esquina -¿ya han llegado los chinos a la isla?, no jodas- y he comprado una cena para dos, nada, dos tonterías, un par de langostas y algunas ostras, algo de champán francés, y un liguero- errr, es que yo soy más de chanclas, esto es una isla, y tiene arena y todo eso..-  y también he pasado por el videoclub y he alquilado un par de pelis, Titanic y American Psicho. – Ah, qué contraste, ¿no?, que bien, pero yo estoy un poco liado, ¿también hay videoclub?, oye, ¿tú no eras forense?, mira, yo últimamente no ceno demasiado, sí, desde que te conozco va a ser, y ¿qué son todas esas herramientas?- No te preocupes, siempre me llevo algo de trabajo a casa, y además me he traído también el cepillo de dientes y el albornoz, por sí después ya se me hace tarde para volver, espero que no te importe. ¿Dónde tienes el baño y los voy dejando?- No, no, te estás confundiendo- ¿Cómo que confundiendo?- A ver, a ver, Dexter, no hace falta que cojas el serrucho,  si yo ya voy teniendo algo de hambre, esa sonrisa es encantadora- Otro puto médico loco. Nos poníamos alguna peli, si total yo no suelo dormir mucho, pero es que el cabrón éste tampoco, así que luego lo mandaba para casa. Mira, le acepté incluso las flores, por la mañana, por las noches. No dije nada tampoco, cuando al segundo día se mudo a la choza de la esquina. Tampoco cuando al tercero lo tenía en la choza del piso de arriba. Pero joder, es que cuando terminó la semana ya lo tenía puerta con puerta y no sólo eso, había abierto en mi propio edificio, en su misma casa la primera clínica forense de la isla y yo me había quedado misteriosamente sin vecinos. Joder, y yo ya no quería saber ni de qué color me estaba poniendo.

Y mis terapias iban muy mal. Yo se lo expliqué a House, me planté, se lo  dije, se lo había permitido todo al Dexter, incluso me había tenido que cambiar de teléfono, no me importa, bueno, sí, pero el Factbook no se lo dí y tampoco me voy a poner a discutir, aunque por lo que ya no paso es que se ponga creativo en las terapias.- ¿Por qué? Vamos, si está tan sonriente que te está diciendo, baila está polca conmigo-Ya House, pero es que últimamente ha estado un poco inspirado al ensayar y dice que con un pico y una pala se baila mejor y que me deje llevar, que cierre los ojos. Y yo no bailo una polca así. Que no.

Y  de cabeza para el quirófano. Dile tú que no a dos médicos psicópatas con todas sus herramientas en la mano para convencerte. Porque el Dexter también quería, ayudar, y cómo no, sonriendo también venía con su maletín. Porque el único que era paciente era yo. Eso sí, el cepillo lo había dejado vete a saber donde, pero ahí estaba todo lo demás, el serrucho, el estilete, el punzón, ¿el fórceps?, el martillo, el pico, la pala…- Oiga, esto no era una cirugía en el cerebro, ¿y me traen una batidora y un equipo para echar abajo una pared?, pero esto, es una cámara oculta, ¿no?, bueno, pues yo ya les voy dejando que yo ya me he reído un montón…

Pero me operaron, con tres botellas de José Cuervo como anestesia y como desinfectante, lo que se llama muy profesional, según íbamos necesitando pues íbamos anestesiando o bebiendo o desinfectando, lo que se terciaba. Con la batidora me estaban hurgando en la cabeza cuando le fallaron las pilas, -¿cómo?, ¿pero yo no tenía que estar dormido y no borracho?-tranquilo chaval, que el no sé qué isma cerebral ese tampoco aparece,  -ah, pues menos mal, con este agujero ya tengo un sitio donde apoyar el cubata, ¡no me jodas!- yo creo que vas a tener un rollo mental o algo así, y si no te lo habremos provocado, porque te estás poniendo azul, pero eso sí, la batidora no te la puedes tocar-¿Qué?- sí, es que las aspas están enredadas con unos tubitos colorados y azulitos de por ahí dentro y yo llevo un pelotazo de tequila que no atino bien, además las pilas no van, yo no tocaría, pero puedes seguir el consejo del doctor Dexter y cortar el cable rojo, el que se dice siempre en todas las películas.

Al final me dejaron tranquilo, y es que tenían tantas cosas en común y sobre todo que  compartirse que al final House se mudó a mi choza, Dios los cría y ellos… ellos sabrán lo que hacen, y yo me largué a otro lado más privado, mientras me dejen en paz…-hola, yo ayudo a los muertos, y tú como estás azul y tienes una batidora en la cabeza, te puedo dar esta tarjeta con el número para contactar con Elvis ahí arriba, es un secreto pero él está muerto, ¿sabes? Lo sé porque yo hablo con él,  -¿Cómo?- y para que te alegre esa mala cara, le voy a decir que te cante la canción esa de las vegas, ¡qué subidón!- ¿Pero en este vuelo ha venido todo el mundo? La de la serie de Medium.  Anda que no habrá muertos en todo el coñazo de isla ésta. ¡Señora, que lo mío es por culpa de que no hay dinero para pagarles y los médicos tienen que emigrar hasta aquí! Que no estoy muerto, sólo estoy azul. Qué me deje. Y cómprese pastillas para dormir o eche un polvete, que eso que duerme con usted no es un peluche, es su marido, y verá cómo deja de ver muertos después, pero haga el favor de dejarme en paz.

Y yo intenté hablar con Kate, porque al menos ya había recuperado el color, pero ella tampoco estaba por la labor, así que ni tanga, ni la brisa meciendo nuestra piel, ni nada, porque ahora se encontraba liberada de los hombres sentimentalmente, y ligada a un coco, estaba en una etapa de la vida más emprendedora, -como en esta isla llega hacienda pero no hay policía, se estaba montando una plantación de marihuana, terapéuticamente hablando,  para su comercialización y exportación al por menor, lo que conocemos por trapicheo, -bueno, bueno, tampoco nos vamos a despedir así, tan fríamente, ¿no?, aunque sea por los viejos tiempos- pero no estaría tan enamorada del coco, cuando me lo tiró. Tal vez, en otra ocasión. Y con esta mierda de batidora no te creas que es tan sencillo esquivar.

Total, que así acabaron algunos, como la de Médium, que siguió mi consejo y ahora ya no ve muertos, pero porque se fuma unos petardos antes de acostarse que a la que se le ponen los ojos en blanco es a ella, claro, ni muertos, ni polvete ni nada, y el marido que le pide el divorcio y a mí me quiere demandar -oiga, ¿a mí que me cuenta?-, venga, más papeles, ¿es que no me saldrá nada bien? Y también anda pillándole a la Kate el ex novio de Falete, que también anda por aquí, no me hables de éste,  en cierto modo, es el responsable de que muchos de éstos me hayan amargado tanto mis proyectos,  porque con tanto lío al final se equivocó y se secuestró a sí mismo, y para rematarlo, el hombre no da para más,  también secuestró su propio vuelo y a todos los que venían con él, para que se dirigiesen a una isla que estuviese perdida, lo más perdida posible, en mitad de la nada, ¡arggggh!, ¡este tío es tonto!, pero al final me da pena, y es que no tiene nada que hacer el pobre, nadie le hace caso, a la semana y pico de estar secuestrándose él solo, es a lo que se dedica aquí, ya aburre y por eso trabaja para Kate en una esquina en los ratos en los que no se secuestra a si mismo. Joder, ¿a qué hemos llegado?, de empresario hostelero a personajillo del tres al cuarto con una batidora en mitad de la cabeza, así acabé, y que no me puedo quitar porque se me desparramaría vete a saber qué por culpa de esos putos chalados, así no hay manera de que se fijen en mí, bueno, si fijarse se fijan, lo que quiero decir es que ligar, es más complicado. He probado con un sombrero.  Pero apareces en la primera cita con un sombrero muy chulo, asomándote a algo más de 10 centímetros por encima de tu cabeza y bailoteado en todo lo alto cada vez que te mueves, apoyado en algo que parece un palo muy gordo, y la imaginación no se detiene solamente en que soy excéntrico. No me extraña que Kate se haya enamorado de un coco.

Y así seguimos, perdidos aunque a esta isla continúe llegando gente.

Y mientras, preparándome para volver, afilo mis cuchillos con la flauta del afilador; ya suena algún zapato al impactar en mi ventana, porque mi prosa se ha descargado lo suficiente aunque, infierno no creas que me olvidé de ti.

 

Saludos a los viajeros, que se mueven a través del espacio, y también a los que nos atrapa el tiempo. Todos viajamos, aunque algunos sólo podamos hacerlo con las palabras. Acaso, ¿no es suficiente?