Tenia un suspiro en la cartera,
y veinte noches serenas,
un pensamiento por ti,
y un cielo con dos estrellas.
Había tenido la suerte de las piedras,
tocadas por el viento,
arrojadas por un loco,
a tu jardin de pensamiento.
Hoy no siento mas noches de palabras,
ni emociones de cristal,
ni tus fantasmas de amor,
ni esa sonrisa sin final.
Me queda esta noche de reliquias,
de ornato sin sentido,
de recuerdos de polvo,
de ilusiones contigo.
Si me olvidaste no me digas,
si me recuerdas, perdoname,
no soy mas que el cerrojo
de tu puerta que no abre.
Si me amaste no me cuentes,
porque las mentiras son así,
miel que se esconde y se enseña
en tus labios de carmín.
Si me buscas algun día,
no lo hagas entre tus desdenes
mas confusos que frecuentes,
porque puede que no me olvides...
porque puede que ya no me encuentres.