La recuerdo melancólica,
aquella noche en aquel banco.
Las recuerdo crueles,
aquellas palabras que dijiste.
Y el frío me abraza, inmenso.
Sin mirar atrás te fuiste, muy lejos.
En aquel último beso,
en que mis labios decían “te amo”
y los tuyos decían “adiós”.
Aquella oscura esquina
que supo contemplarnos,
hoy nos despide, para siempre.
Y te recuerdo sublime,
como siempre lo fuiste.
Aún cuando me dejaste,
aquí, muy solo, quebrado.
Y te recuerdo,
En aquel último beso,
en que mis labios decían “te amo”
y los tuyos decían “adiós”.
Lemos Maximiliano Daniel.
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