De origen salvaje vive solo o en pareja,
los tonos de su plumaje van con los años
en jóvenes, amarillo sus plumas prenda
machos o hembras en adultez, anaranjado,
combinándose con el negruzco azabache
y fulgor blanco puro en alas como astros,
azul celeste cercando rubios ojazos.
Su pico agudo de destellos plateados
similar sus patas largas y coronadas
-de amarillo vivo- por muslos emplumados .
Concurre áreas cálidas y poco lluviosas
como la sabana y selvas de galería
donde descubre las vituallas ventajosas;
para su dieta caracterizan delicias:
insectos, frutas y también huevos de otras.
Se aparea entre meses de marzo y septiembre
en cada puesta deposita tres o cuatro
y después de dos semanas la eclosión viene.
No construye nidos para incubar los huevos
invade otros que dejaron abandonados
puede posesionarse de ellos a la fuerza
siendo muy agresivo si expulsa con firmeza.
Se captura para criarlo como mascota
cuando todavía es pichón se le encarcela
la jaula se pone alrededor de la cueva,
es de sus padres que de comida se dota.
Su canto tan sonoro se puede escuchar
desde la lejanía, el pausado cantar,
modulado, a nadie podría atormentar.
De presuntas raíces indígenas, su nombre toma
de la onomatopéyica o reproducción de su canto
turu-pio, turu pio, su bello tono para el encanto.
En la reseña, sus cualidades canoras,
su agresivo vuelo, más su lindo plumaje
y ese estar metido en el alma popular,
dieron el margen suficiente para ser
en Venezuela, su hermosa ave nacional.
Original del continente americano
su belleza con estas letras la describo
la tuya, ¡radiante Turpial Venezolano!