A la sombra de un pino
me senté una mañana,
la niña de ojos verdes
yo le canto una nana.
A la sombra de un pino
me senté una mañana,
la niña de ojos verdes
se columpia en mi rama.
A la sombra de un pino
me senté una mañana,
la niña de ojos verdes
madura su manzana.
A la sombra de un pino
me senté una mañana,
la niña de ojos verdes
su pelo ya nevaba.
A la sombra de un pino
ya nunca me sentaba,
por el tronco yacente
en tierra verde helada.