Eres un recuerdo, un sueño, el pasado,
un recuerdo amargo que trajo dolor
a mis días y tristeza a mi alma.
Un sueño truncado, un libro cerrado.
No quiero recordar mis días nublados,
cuando habitabas mi pecho.
Cuando sólo en mi mente y
en sueños, ocupabas mi lecho.
No quiero sentir la brisa helada
que viene del mar, que trae
a la lluvia, que invita a llorar.
Que corta y que quema,
que agrieta los labios, que
una vez desearon posarse en
tu boca, con pasión y fuego,
con amor de loca.
Sin pensar en mañanas,
sin mirar a los lados, sin importarme
los prados que hubiese quemado.
Sólo fue un sueño sin principio ni fín,
que encendió luces, que me dió alas,
que me enseñó el camino
para volver a vivir.