El aliciente que necesito.
Cántame ruiseñor,
trae alegría,
contrito está mi corazón
en estos días,
son viejos los recuerdos
que me cercan,
distantes los olvidos tan deseados,
para encontrar la paz que necesito.
Mas la paz oscila
cual cabriola,
la tenemos a veces prisionera,
en segundos la vemos tan lejana,
que en desierto vuelve a convertirse
aquella vida donde creímos
segura la esperanza.
Quiero captar de nuevo
aromas de jardines,
el sol sentir dorándome las carnes,
el mar besándome de nuevo
con su espuma,
oler una vez más campo trillado,
ver el anochecer con luna llena,
a sonrientes parejas tomadas de la mano.
Mirar el cielo, rogar porque una estrella caiga,
tocar entonces mi cabello lacio,
pidiendo a mi ángel presurosa ayuda,
pues tengo miedo de quedarme calva.
No sé si desvarío un poco,
o trato de encontrar en estas letras
la catarsis a las apabullantes
cosas que me cansan.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA.