Mi alma resplandeciente ante la luz de la tuya,
de la estrecha armonía en cuerpos nuestros
en las serenas noches, despierta calor de ancestros,
se suavizan los suelos sin que fluya
la distancia que solo será estrecho
cuando los mares sean tan solo una gran laguna
y la calma, y caricia, nos reúna
destellando el amor, punzante viva en el pecho.
Como tibia cascada se convertirá en un río
y su raudal tejiendo como arañas
envolverá los cuerpos con su manto de amorío.
Inhalando la dicha, en su exuberante aroma,
clásica melodía de espadañas
suena al tañer tu amor en mi, en su mejor idioma.