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Ahora, cuando las hojas,
Caen de los témpanos de tu cuerpo,
Mis manos comienzan a crear brotes nuevos en tu piel,
Ahora, cuando caen las lagrimas de la distancia,
Mi recuerdo rebosa en tu mente,
Tan claro y nítido, como el cristal en tus ojos.
Ahora, cuando se desvela la noche,
Tratando de robar tu nombre en un cometa,
Se detiene el reloj, para dar paso al amor,
Ahora, cuando los jardines del olimpo,
Llenan de aroma tu belleza eterna,
Mi alma se llena de tu pecado bendito.
Ahora, cuando el ocaso posa para nosotros,
Palomas blanca baten alas, robándose los sentimientos,
Posándolo en los nidos de boleros enfermos de pasión,
Ahora, cuando se sepulta el dolor, de días ausentes por tu voz,
Las margaritas que adornan tu risa, completan al mortal,
Que escribe versos, para recordar que el amor no tiene un final.
Autor: Gonzalo Puga