Cantemos a Jesús.
Vamos a cantar
llenos de esperanza
un himno de alabanza
a El Salvador,
por habernos regalado
a su madre venerada,
la Virgen Inmaculada
nuestro norte, nuestro sol.
Con las manos muy unidas
vamos todos a rezar,
por la más grande pobreza
la pobreza espiritual,
por los que mueren de hambre,
por los que enfermos están,
por todos los que ha perdido
la preciosa libertad.
Roguemos porque termine
el fantasma de la guerra
que no se alce más un arma
para matar al hermano,
que nos miremos de frente
sin resabios ni rencores,
que se cambien los fusiles
por oración y canciones.
Vamos a saciar
el hambre de los pobres,
como Jesús El Eterno
compartamos nuestro pan,
que nadie gima a mi lado
sin la vista levantar,
que no sufra más mi hermano
si yo lo puedo ayudar.
Seamos carne del amigo,
seamos bastón del anciano,
ejemplo para los niños,
luz para el desesperado,
refugio del solitario
para el débil protección,
deshazte del egoísmo
reine la luz del amor.
RESERVADOS LOS DERECHOS DE AUTOR:
MIRIAM RINCÓN URDANETA.