Hago sudar mi cuerpo, para limpiar mi pensamiento, me hace falta, tantas cosas enredadas en mi cabeza, que no consigo, apartar unas de las otras. Así cojo el aspirador e casi quito el pelo con tanto aspirar, los cristales, un día rompen por el desgaste del paño. En medias blancas camino por la casa y no oscurecen. Pero le paso el moca con un producto, para que brille. Al final me echo en el sofá, estirada, con un jersey sin mangas, en pleno invierno. ¡Penitencia sin haber pecado! Intento que el sueño me coja, Al despertar estoy leve, no por mucho tiempo, pero he descansado y mi cabeza está lista para volver a pensar cómo puedo solucionar tantos líos que tengo sin haber hecho nada para que pasen.
Un baño reparador, perfumado y ahí estoy de nuevo.
Cada uno tiene su vida, quizá peores que la mía, pero como se dice” cada uno sabe de si y Dios sabe de todos.”
Los días, se notan mayores, oscurece más tarde, hambrienta para salir e pasear, seguro que no haré sudar mi cuerpo, basta sentir la brisa en mi cara, oír los ruidos, murmurios, lejanos, sentir vida a mi redor.
El invierno es bonito, si hay nieve, yo solo tengo frio, viento, lluvia y niebla.
Sé que la primavera me renovara, me pasa siempre, remozo y muchos de mis problemas serán resueltos.
Sentada delante del ordenador, oliendo el agradable olor a café de mi taza recién echo, descansada, escribo para mí, después, como siempre lo mando por el mundo, alguien lo leerá y quizá alguien sonreía con mis cosas, sin importancia.
Al amor se escribe desde romances, hasta versos inflamados de pasión, yo canto sin voz solo con el tic-tac de las teclas, a la vida que tengo y que al final la quiero mucho. Con todo lo sudor que me da, pues también bailando lo tengo.
Oporto, 31 de Enero de 2013
Carminha Nieves